main image
feature image1

Fusión organizacional, reestructura, nuevos sistemas de gestión, estructuras organizacionales globalizadas, gestión integral de calidad, cambio cultural, nuevas líneas de negocio… son muchos los procesos que pueden introducir a una organización en un proceso de transformación y cambio. Algunos de esos procesos, pueden pensarse más complejos que otros, más importantes por el impacto que suponen, más estratégicos… Pero todo cambio, sea de la dimensión que sea, requiere de quienes lideran la organización el cambio más grande de todos: la propia transformación.

CAMBIAR EN PROCESO DE CAMBIO

Cuando comencé a trabajar como consultora en cambio organizacional, uno de los primeros ejercicios que hice para posicionarme como agente de cambio, fue pensar a nivel personal en mis propias transformaciones. Y trate de recordar algún proceso de cambio o transformación grande que haya transitado recientemente y que de alguna forma haya sido exitoso para mí, para entender cuáles fueron los factores que contribuyeron al éxito. ¿Qué pasa cuando atravesamos un cambio grande? ¿Con qué dificultades nos encontramos? ¿Qué nos permite sostenerlo en el tiempo? Los cambios a veces pueden ser buscados, o pueden ser imprevistos, pero en todos los casos podemos encontrar aspectos comunes que ayudan a transitarlo exitosamente.
Visualicemos una situación de cambio importante… tratemos de pensar en las emociones previas a empezar ese proceso de cambio. Seguramente aparezcan miedo, inseguridad, ansiedad, incertidumbre, resistencia… Pero si pensamos en qué resulto más difícil en ese proceso, nos encontremos con que no fue planificarlo, sino ejecutarlo. ¿Qué permite tener éxito entonces? En lo personal me encontré con la importancia de la claridad en el “para qué”, el convencimiento, la confianza, la determinación,  y poder contar con una red de apoyo que permita apalancar el cambio.
Si extrapolamos una situación de cambio a las organizaciones, vemos que suceden cosas similares a las que le suceden a las personas. Todos los procesos de cambio pensados en el plano organizacional traen de alguna forma un denominador común, que es tratar de ayudar a la organización a que mejore en su forma de ser gestionada, para posicionarse mejor en el contexto, que en estos tiempos resulta cada vez más competitivo y con nuevos desafíos.
En nuestra experiencia hemos observado que las mayores dificultades se encuentran en la implementación. Y consideramos que esto sucede porque de alguna forma tendemos a subestimar todo lo que se atraviesa y se moviliza en las transformaciones.
Las personas generamos dentro la organización una identidad, ejercemos un rol o varios roles, desarrollamos capacidades, hábitos, adoptamos procesos, valores, creencias, damos de nosotros mismos y esperamos a cambio… Generamos identidad. Y cuando algo del contexto se modifica y nos mueve de esa construcción, tendemos a generar resistencias si no entendemos el por qué y para qué de esa modificación. Es importante lograr adoptar esa modificación como propia, como algo que yo también necesito ser partícipe, de lo cual también me beneficio.
Pero ¿cómo hacemos para generar ese sentimiento de apropiación? Es un proceso que debe generarse en todos los niveles, debemos ser parte de la transformación, no solo dirigirla. Y en la medida que podamos mostrarnos transformados, podremos ayudar a otros en el proceso. Es un paso importante para generar la empatía necesaria que se requiere para que otros también puedan salir de la zona de confort y poder transitar la incertidumbre que genera el cambio. Mostrarse transformado, no implica necesariamente perder credibilidad o posicionamiento, sino que por el contrario acorta la distancia que muchas veces estos procesos generan sobre todo en los niveles que no tienen incidencia en la toma de decisiones.

Estamos todos de acuerdo, en que de una forma u otra, hemos sabido sobrevivir a un momento de cambio. Es así que es relevante incluir en este análisis algunas palabras clave:
Convicción frente a la necesidad del cambio, aunque traiga aparejado situaciones difíciles de manejar. Paciencia y perseverancia, respetando que cada una de las etapas en un proceso requiere y exige tiempo… muchas veces considerable. Empatía, la capacidad de comprender al otro, de entender lo que le pasa, de valorar su sentir, su opinión, su miedo, su resistencia. Y ayudarlo a comprender también la necesidad del cambio que se está transitando. Comunicar, decir, explicar, escuchar y no solo oír; poder convertir todos los espacios de interacción en momentos donde valorizar la transformación. Generar redes de apoyo, colaborar y buscar colaboración, generando un compromiso equitativo en la renovación y dar participación a todos en la construcción del camino. Por último otro aspecto importante que he observado es la posibilidad de celebrar los pequeños logros; por  más que tengamos una visión clara a veces no es inmediata, emprendemos un gran esfuerzo y podemos sentirnos cansados y querer desistir.
Y quisiera terminar compartiendo con ustedes 4 palabras que he adoptado para mí y que considero son clave para poder hacer frente a cualquier adversidad o cambio en todos sus niveles, sea cual sea el lugar que debamos ocupar. Esas palabras son ACEPTACIÓN, CONFIANZA, ENTREGA Y AGRADECIMIENTO. Poder aceptar no significa resignarse o sumirse, sino dejar de resistirse y de pretender  que las cosas sucedan de otra manera a las que suceden. La aceptación es el primer paso que nos permite librarnos de juzgar y permitirnos aprovechar las oportunidades que trae el cambio. La entrega y la confianza en las posibilidades que todos tenemos de enfrentar la adversidad, no dudar de nosotros mismos y de nuestras elecciones, de los caminos que tomamos, reconocer nuestros recursos y que la situación en la que nos encontramos a veces no podemos controlarla, no depende de nosotros, pero si las elecciones o el camino que transitemos. Y por último el agradecimiento, tratar de evitar posicionarnos en un lugar de queja de lo que nos sucede o de lo que no sale como queremos. Poder agradecer es la clave para poder cambiar, agradecer incluso lo que parece adverso. Agradecer que siempre podemos elegir sobre la forma en la que queremos transitar el camino del cambio.
Como dice Otto Schamer, debemos poder liderar teniendo la mente abierta, la voluntad abierta y sobre todo el corazón abierto. 

Muchas gracias!!

Lucía Ripa

lripa@entrust.com.uy

 
espacio_entrust
 
 
  Oficina Montevideo: Dr. A. Schroeder 6530 - 11500 - T: +598 2606 0917 - 2606 0398
Oficina Zonamerica: Ruta 8 Km 17.500 - Edificio 100, local 135. Oficina 102 - T: +598 2508 2110
Email: info@entrust.com.uy